El sentido de protagonismo

Los alumnos asumen un sentido de protagonismo en el que por medio de la voz difunden los significados y perspectivas más profundas de las personas y en el caso de los estudiantes, expresa y afirma sus propias identidades y refleja sus propias comprensiones y expectativas respecto del mundo escolar y la realidad que están viviendo.

Escuchar sus voces y comprender sus necesidades, expectativas y problemas no es fácil dada la gran distancia existente entre el lenguaje de los alumnos y el de los adultos, y las diversas estructuras cognitivas de cada cual para aprender la realidad.

La participación se vive con actos democráticos, como la elección del centro de alumnos o cuando uno elige al presidente, a las autoridades del curso. La participación implica, por un lado, la posibilidad de formar parte de un grupo expresando sus opiniones, cooperando en una actividad, situación u oportunidad. Por otro, se refiere a la posibilidad de hacerse parte de algo, la que se materializa en la capacidad de tomar decisiones acerca del propio destino y muy especialmente de las situaciones que les afectan en el contexto de su comunidad escolar.

Los profesores tienen todo el poder para desarrollar éstas habilidades pues son quienes deciden como realizan sus clases y si demandan o no una participación activa de sus estudiantes. La paz en democracia se construye resolviendo pacíficamente los conflictos.

Los conflictos surgidos en la vida cotidiana de una escuela se pueden resolver por medio de la deliberación conjunta, la expresión de ideas y la sustentación y defensa de posiciones. Los alumnos son actores que tienen derecho a expresar y defender sus ideas en un contexto de respeto y tolerancia.

Ya se sabe que para llevar a cabo la democracia, es forzosamente necesario el fomento de valores y prácticas activas responsables de los educandos y del docente, dicho esto, enseguida se presentan dos propuestas didácticas que se pueden aplicar para generar la práctica de valores en el aula.